Cómo acercarse al pueblo llano

El PP busca desesperadamente un acercamiento al pueblo. Aunque no sabe cómo. Dado que sus dirigentes ya han comprendido que no pueden contar con Mariano Rajoy para salir a la calle como no sea en secreto, han decidido hacer algo para recuperar lo que antes de la crisis se llamaba «iniciativa política». «En su tiempo éramos bastante eficaces en la elaboración de estrategias», piensan ellos, «no podemos habernos vuelto tan tontos». El manual de instrucciones elaborado por la dirección dice que hay que devolver el prestigio a la profesión de político para poder salir a la calle sin encontrarse de frente con los gritos de un desahuciado, un preferentista estafado o un votante propio indignado.

«Los políticos no son el problema», rezaba uno de los argumentarios del PP. Para demostrarlo con hechos y no sólo con palabras, el sábado 13 hicieron un primer ensayo en Madrid con María Dolores de Cospedal como protagonista principal y Esteban González Pons -seguramente el padre de la idea- y José Manuel Soria como secundarios. La secretaria general -que ha regresado con nuevos bríos después de la indemnización en diferido de la simulación del sueldo de Bárcenas- y sus dos galanes se vistieron con atuendo casual de fin de semana y se fueron a una cafetería del centro de Madrid, el Geographic Club, un lugar donde, según la publicidad del local, todo está por descubrir. La finalidad era evidente: el pueblo acude a tomar el vermut los sábados por la mañana, así que nosotros hacemos lo mismo. Al acto estaban convocadas, según anunció el PP, personalidades independientes -como Rodolfo Martín Villa-, si bien el público era claramente partidario, habida cuenta de que casi todos eran del PP. Hubo un intercambio de impresiones a la hora del aperitivo acerca de la regeneración de la política y de los partidos. Eso explica la presencia del ministro Soria que, sin tener ningún cargo orgánico, formó parte del trío principal y se presentó como una víctima de la «pena de Telediario» por unas imputaciones sobre corrupción que sufrió en Canarias, de las que fue absuelto. La foto pone en evidencia ese instante violento por todos experimentado, cuando uno no sabe de qué hablar ni dónde mirar. La protagonista incluso mira para otro lado. Ella sí tenía un objetivo claro en ese acto: equiparar los escraches con el «nazismo puro». Las imágenes mostraban a los tres sentados en taburetes como si estuvieran en una barra tomando un montadito o un pincho, en otra referencia clara a las costumbres del pueblo llano. Todo en plan muy natural.

El intento de prestigiar la función política es voluntarioso, qué duda cabe, y en este momento imprescindible. El problema es la fórmula que se utilice para tan elevado fin y la eficacia del resultado. Y a esos efectos, se antoja bastante difícil que el PP pueda recuperar el prestigio perdido a base de ponerse camisetas o sentarse en taburetes. Tampoco se puede decir que sea un gran paso citar a Luis Bárcenas por su nombre, como hizo la secretaria general para demostrar la voluntad del PP de aislar a los corruptos. Como mucho, un pasito pequeño.

Y no es que no haya fórmulas para regenerar la política con el fin de que los españoles vuelvan a confiar en los grandes partidos. Las hay, pero no están en el Geographic Club. Existe una ingente obra publicada sobre las reformas necesarias para regenerar un sistema que, sin que nadie parezca querer remediarlo, se nos va por el sumidero del empobrecimiento, las injusticias y la corrupción. Pero dado que las reformas legales llevan su tiempo, hay cosas que el PP sí podría hacer para regenerar la democracia y que sólo necesitan de valentía. Por ejemplo, obligar a dimitir a Rafael Blasco, que sigue siendo diputado en las Cortes valencianas, a pesar de haberse quedado con el dinero de la cooperación al desarrollo cuando era consejero del Gobierno de Camps. O mandar a paseo al resto de los imputados que le acompañan. O abrirle expediente a la alcaldesa de Alicante antes de que un juez la siente en el banquillo. O utilizar todos los medios del Estado -puesto que gobiernan- para hacer caer el peso de la ley sobre los directivos de las cajas que se forraron mientras estafaban a los preferentistas. O recordarle al presidente lo que se estudia en primero de Ciencias Políticas sobre lo que es un régimen de opinión pública. O buscar una solución efectiva para los desahucios. O...